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martes, 10 de julio de 2012

AGENDA 21: SOSTENIBILIDAD COMPARTIDA

Una de las herramientas de gestión municipal más interesantes surgidas en la última década ha sido la Agenda Local 21, un proceso para diseñar un progreso sostenible basado en la participación de los vecinos y la responsabilidad compartida de los Ayuntamientos, un intento por consensuar un proceso equilibrado de los aspectos sociales, económicos y ambientales entre todos los integrantes de un territorio y sus gestores. Nuestra comarca conoce bien este programa porque, de hecho, los 15 municipios de Saja Nansa firmaron su compromiso de llevarla a cabo mediante la firma de un documento, la Carta de Aalborg, y su ingreso en la Red Local de Sostenibilidad de Cantabria.
El proceso para su desarrollo debe de cumplir un orden lógico de etapas que se asemejan a cualquier proceso de mejora: un análisis de la situación, una programación de actividades que lo mejoren y un sistema de control de los procesos. En el caso de la Agenda 21 las fases son la preparación de un Diagnóstico Técnico y Participativo del municipio, el diseño y desarrollo de un Plan de Acción y  el control de un Plan de Seguimiento regido por un sistema de indicadores.
Aunque las primeras propuestas de este programa surgen en 1992 en la Cumbre de Río, en Cantabria se inicia con la aprobación y publicación del decreto 10/2004 por parte de  la Consejería de Medio Ambiente, que se encarga de regular los procesos. Desde ese momento la libre integración de los municipios ha supuesto que nuestros 15 ayuntamientos hayan ido incorporándose y se encuentren en muy distintas fases del proceso.
LOS TOJOS, MAZCUERRAS, RUENTE, CABUÉRNIGA. El caso más avanzado de nuestra comarca ( y uno de los más avanzados de la región) lo encontramos en los municipios que forman la Mancomunidad Reserva del Saja que acaban de elaborar su II Plan de Acción (2012-2015) en donde se da especial protagonismo a los aspectos de la movilidad y de calidad de los servicios. Durante su I Plan trabajaron muy especialmente en la mejora de la gestión del agua y residuos, teniendo como actividades más exitosas el servicio de recogida de aceite doméstico y un sistema para la recogida y transporte de residuos plásticos de origen agrario.
CABEZÓN DE LA SAL. En noviembre de 2010, tras un extenso proceso de participación, el pleno municipal aprobó su I Plan de Acción (2010-2014) con 10 líneas estratégicas que aborda asuntos tan diversos y actúales como el empleo, el patrimonio, la movilidad o la eficiencia energética.
MANCOMUNIDAD DEL NANSA Y PEÑARRUBIA. Aunque tendrán que realizar un proceso individualizado municipal, la Mancomunidad del Nansa (Herrerías, Rionansa, Lamasón, Tudanca y Polaciones) ya ha realizado su I Plan de Acción mancomunado en el que, entre otras conclusiones, se ha puesto de manifiesto la importancia que tendría encontrar estrategias turísticas en el ámbito de los recursos naturales como medio dinamizador de su economía. Peñarrubia, del mismo modo, se encuentra a la espera de la aprobación en la Consejería de Medio Ambiente de su I Plan de Acción.
SAN VICENTE DE LA BARQUERA, VALDÁLIGA Y VAL DE SAN VICENTE. Estos tres municipios se encuentran en estos momentos en la elaboración de su Plan de Acción, y durante el periodo veraniego convocaran varias jornadas con juntas y asociaciones y algunos foros participativos para la población, en los que se recogerán propuestas que sirvan para estructurar líneas estratégicas, programas y actuaciones que se integren en el Plan de Acción.
UDÍAS. Inició su proceso de diagnóstico en 2008.
La Asociación de Desarrollo Rural Saja Nansa, consciente de la importancia de estos procesos participativos en el medio rural, impulsó una campaña informativa sobre Agenda 21 Local por todos los ayuntamientos de la comarca que entonces no habían iniciado su puesta en marcha, y han seguido acompañando a unos cuantos de ellos en su desarrollo mediante colaboraciones puntuales o distintas asistencias técnicas.

lunes, 2 de julio de 2012

OISEAU CANARI

de Ángeles Sánchez Gandarillas

El avión, bautizado como “Oiseau Canari”, Pájaro Amarillo, de fuselaje de madera y un motor Hispano Suiza, cruzó sin aterrizar el Océano Atlántico desde América, y por falta de combustible, tomó tierra en los arenales de nuestra costa, en la playa de Oyambre.
Fue el cuarto vuelo transatlántico; le precedió Lindbergh, que pilotó en solitario en el año 1.927; Chanberlain y Levine, y por último, el comandante Byrd. Si es cierto que fue el primer vuelo europeo con tres tripulantes y avión de Francia, un polizón, una radio para tomar contacto y el primero que conectó América del Norte, desde la playa de Old Orchard, en Maine, Boston, y España. Esa aventura, comenzó el día 13 de Junio de 1929.
Se llevó a cabo gracias a tres franceses. Armand Lotti, 1897-1993, fue el promotor del proyecto de volar sin repostar desde Francia hasta la costa americana. Sin embargo, el Estado Francés, debido a los más de cien muertos de anteriores vuelos con esa misma finalidad, lo prohibió. Por esa razón, hubieron de trasladar el avión a America; primero, desde Francia a Inglaterra y desde allí, lo embarcaron despiezado en el buque americano, “Leviathan”, rumbo a América, desde donde, en recorrido inverso, salió hacia Francia.
Jean Assollant, 1905-1942, el más joven de la tripulación, sería el comandante y primer piloto del Pájaro Amarillo; un aventurero aviador que pertenecía a la Armada Francesa, y que también colaboró con un porcentaje económico en este hecho. Este hombre tenía una gran habilidad y destreza en el pilotaje de aviones, gracias a ello, se salvaron en esta travesía de inconvenientes tales como las tormentas eléctricas. Permaneció ininterrumpidamente en su puesto las treinta horas del trayecto.
El tercer tripulante y segundo de a bordo como navegador de vuelo, fue René Lefèvre, 1903-1972. Decidía el rumbo más conveniente y el control del consumo de combustible, además, participó económicamente. También perteneció a la Armada francesa, y tenía una personalidad inquieta, hasta el punto de elegir como afición el bosleigh, en el que compitió con éxito. Trazó una hoja de ruta diferente de las líneas rectas de otros vuelos, es decir, por medio de curvas, las ortodrómicas o loxodrómica, y entre otras precauciones, tuvieron en cuenta las masas de aire frío.
El cuarto, fue un viajero clandestino, Arthur Schreiber, de 25 años de edad. Logró burlar la vigilancia policial, ataviado con ropa de aviador, aunque los tripulantes del Pájaro Amarillo iban vestidos de calle, y entró en el avión y se escondió en un hueco de la trasera del fuselaje. A una media hora de vuelo del Canari salió presentándose con un ingenuo “Aquí estoy” ante la tripulación. Assollant insinuó la necesidad de arrojar al polizón al océano, ya que iría en detrimento del gasto de combustible, velocidad y la estabilidad del avión; según los cálculos, retrasaría en una hora la llegada a Europa.
Ilustración de Laura Súa para la portada dle libro de Carmen Cabezón
Una tormenta, que duró horas, hizo que el gasto de combustible se elevara, y decidieron una nueva ruta para llegar al sur de Europa, a la Península Ibérica. Consiguen establecer contacto por radio morse con el buque Whiteville, y lo intentan cada media hora con otras embarcaciones como el Rochambeau, el Niágara y Laconia. También sintieron la extraña sensación del cambio horario de los continentes, al pasar por las 00 horas del meridiano Greenwich. Ya en las Azores, contactan con el municipio de Horta y dado el retraso, consideraron que podrían aterrizar cerca del cabo de Vigo.
A las 17 horas divisan una flotilla de barcos pesqueros que les ilusiona y confirma el buen resultado de su aventura, divisan Finisterre y se oye el grito de alegría de Asollant: ¡han atravesado el Atlántico...! Han pasado 26 horas y 44 minutos desde la partida. Siguen rumbo porque aún queda carburante; intentarán llegar a Francia. A las 19 horas, sobrevuelan Oviedo y Gijón, y calculan que podrían llegar a Santander.
Se acaba el combustible y las primeras burbujas de aire comienzan a entrar al motor. Son las 20,30 horas, se acerca el ocaso y no divisan donde aterrizar. Tras sobrevolar unas montañas, avistaron una playa vacía con forma de hoz, que a pesar de la marea llena, podría tener 2 kilómetros. Realizaron un reconocimiento y comprobaron que no sería un inconveniente el arroyo que la cruzaba. Lo hacen en dirección contraria a la de avistamiento, de Este a Oeste. La pericia de Assollant consigue un suave aterrizaje sobre una extensión de 200 metros, paró a metro y medio de un talud que cierra la playa por el Oeste. Son las 20, 40h. hora local. Habían tardado 29 h. y 32 minutos en recorrer 6,000 kilómetros, cruzando el Atlántico Norte sin escalas, desde la salida de Old Orchard hasta la playa de Oyambre.
Descendieron del Canaris, exhaustos; el silencio les dañaba, pues estaban ya acostumbrados al ruido del motor. Observaron lo solitario de las dunas y la desembocadura de La Rabia, admiraron la belleza de las praderías del entorno, pero ignoraban donde se hallaban. Caminaron hasta un campo de golf y vieron que se acercaban dos lugareños. Les preguntaron en un chapurreado políglota y consiguieron situarse. Oyambre era el lugar y Comillas, a 4 kilómetros, la población más cercana. Prestaron a Lotti una bicicleta para llegar hasta Comillas, una localidad que ya duerme. Llamó a una casa particular para pedirle que le presentaran al alcalde, Pablo Azcárate. Éste lo tildó de loco y llamó a una pareja de franceses bilingües, recién llegados a la localidad, que sirvieron de intérpretes. Uno de ellos era periodista y sabía de la aventura de Lotti y sus compañeros.
Volvieron al avión acompañados de la Guardia Civil y en su regreso, Comillas presentaba, espontáneamente, un aspecto festivo con toda la iluminación encendida. Son conducidos hasta la central telefónica y la oficina de Correos, donde se timbran las 200 cartas que traían de América. Cenaron, con fotos incluidas, y pernoctaron en la misma pensión. La noticia de su llegada llegó telefónicamente a Madrid y Paris, y de ahí a todo el mundo. También hubo un aumento del tráfico rodado y la llegada de mucho personal influyente de la provincia. Fueron felicitados por el Ministerio del Aire Francés. Aquella misma noche hicieron un baile en su honor.
Por orden del Gobierno Español llegaron felicitaciones y combustible para repostar el Pájaro Amarillo por medio de dos pilotos, Jiménez e Iglesias, que habían recorrido entre el 24 y 26 de mayo de ese año el trayecto Sevilla a Brasil, en el avión “Jesús del Gran Poder”. Aterrizó en la playa barquereña otro avión pilotado por Pombo y Antón, con un mecánico de la base de Getafe, Ricardo González, que ayudó en las reparaciones.
Antiguo monumento en Oyambre que señala el lugar de aterrizaje
Una vez cargados los depósitos, y despedidos por el gobernador Saliquet y otras autoridades y curiosos, partieron hacia París a las tres de la tarde. Un fallo en los depósitos del combustible hizo posponerla y renovar la fiesta a su llegada a Comillas.
A las 6,45 horas del 16 de junio, el Pájaro Amarillo se deslizó y despegó, suavemente por aquel arenal en dirección París. Esas imágenes quedaron plasmadas por la Paramount.
Pasados 52 días del aterrizaje del pájaro Amarillo en Oyambre, se coloca la primera piedra conmemorativa de este suceso, en el punto exacto del arenal donde se detuvo el aeroplano; culminaron el monolito conmemorativo el 8 de septiembre de ese mismo año, casualmente, festividad de la Patrona de la Virgen de la Barquera. El aterrizaje se produjo en la parte que es demarcación de San Vicente de la Barquera, pero la playa de Oyambre también pertenece a los Ayuntamientos de Comillas y Valdáliga.
Todos estos datos, en su mayoría, fueron recopilados gracias a los informes franceses, algo lógico puesto que eran de esa nacionalidad el aeroplano, el motor y sus tres tripulantes.


Las fuentes usadas para este artículo han sido “El Pájaro Amarillo en Oyambre”,
de Carmen Cabezón, y El faro, el avión y la piedra, de A. Sánchez

martes, 26 de junio de 2012

"LOS MOROS" DE SAJA NANSA

Cambera de los Moros. San Vicente del Monte
Un rápido vistazo por la historia medieval de nuestra comarca nos lleva a asegurar que la presencia musulmana por el espacio Saja Nansa ha sido prácticamente nula, ya que este territorio, junto con la zona oriental de Asturias se mantuvo prácticamente impermeable a los avances de los conquistadores. Es más, en aquel periodo las pocas referencias de llegada de población relacionados con el avance omeya será la de los pueblos castellanos fronterizos que se ven empujados a cruzar los collados en busca de protección, abriendo algunas vías que alcanzarán importancia más adelante como la de los Foramontanos, los de fuera de la montaña. En cambio, resulta interesante la referencia de muchos lugares, tradiciones  y monumentos al término popular con los que se les conocía, los moros. Apenas hay un lugar en nuestra comarca Saja Nansa que no tenga cerca una cueva, una ruina o unas lastras que no anuncien la presencia mora.
Aunque reconocemos que hemos oído hablar de otros puntos que no sabríamos localizar, podemos hacer un repaso de alguna de las referencias más importantes en la comarca que presuponen una propiedad o industria de los conquistadores:
LA  CAMBERA DELOS MOROS. Calzada romano-medieval en la ladera de la Sierra del Escudo de Cabuérniga, a dos kilómetros de San Vicente del Monte, en Valdáliga.
LA BOLERA DE LOS MOROS. Restos de una fortaleza de vigilancia construida entre los siglos VIII y XI, cerca del pueblo de Piñeres en el municipio de Peñarrubia.
LA LLASCA DE LOS MOROS. Rampa de agua totalmente natural (aunque parezca obra humana) en las inmediaciones de Bustriguado, en Valdáliga.
CUEVA DEL MORO. Cueva famosa por sus grabados junto al río Guado, en las inmediaciones de San Mamés, Polaciones.
CUEVA DEL MORO CHUFÍN. Cueva con yacimiento y arte rupestre en la orilla del embalse de la Palombera, en la zona de Riclones, Puentenansa
LAS MORAS DE CARMONA. La mitología local adjudica este nombre  a las anjanas según la cultura carmoniega, de Rionansa.
Esta coincidencia toponímica se hace más evidente territorialmente cuando se añaden los casos lebaniegos: en Pendes, el Corral de los Moros; en Bedoya, el Molino del Moro; en Enterrías, los Corros del Moro; en Hoyo Cardoso el Tesoro del Moro; en Lebeña, la Cueva de la Mora; en Cahecho, la Cueva de los Moros; en Lon, el Hoyu Moru; en Argüebanes, la Cueva de los Moros; en Lamedo, la Fuente del Moro; en Bejes; Cueto Moro
No es una coincidencia que, en su mayoría, resulten ser lugares muy particulares que reflejan o intuyen la presencia y labor de una población antigua de la que tan sólo quedan restos, ya sean pinturas, grabados o ruinas. Es tradicional en otros puntos de la región, e incluso en otros puntos de la geografía nacional, adjudicar a los árabes el origen de los restos de monumentos históricos remotos, resultando, en líneas generales, dataciones mucho más antiguas que son ajenas a la intervención real de los musulmanes medievales.
Hay distintas interpretaciones de este hecho pero que en su suma, seguramente, sirvan para explicar la diversidad de los casos. Por ejemplo, el caso de Carmona y sus particulares moras, Guillermo Piquero señala el uso antiguo del término “moro” para señalar todo aquello que tiene un origen pagano o alejado de la común civilización: 

…” el origen del topónimo ’moro’ no tiene nada que ver con las personas del mundo musulmán. Para entender su origen basta con repasar la mitología de nuestros pueblos vecinos, en las que dicho término y sus variantes se aplican para definir a los primeros pobladores de sus tierras, que dejaron como testimonio algunos pocos dólmenes, túmulos y construcciones de piedra que han conseguido sobrevivir hasta nuestros días.
En Aragón, a los ‘moros’ se les identifica con una raza humana muy antigua, de gran estatura y fuerza, que construyeron los menhires y dólmenes pirenaicos. También en esa misma zona, se conoce como ’moras’ a las hadas que habitan en las montañas. En este mismo sentido, Manuel Llano recoge la tradición de Carmona y Puente Nansa de denominar ’moras’ a las anjanas.
Moro’ fue antaño sinónimo de pagano, y es muy probable que con la llegada del cristianismo, las gentes más reticentes a la “conversión” se refugiaran en lugares alejados y de difícil acceso, como así parece haber quedado reflejado en la toponimia. Esta identificación con lo pagano también derivo en calificar como ’moro’ a las personas que no habían recibido el bautismo cristiano.”

Otra teoría con un razonamiento que parece muy acertado es la que encuentra su explicación en la coincidencia etimológica entre el término propio de la zona mouro, aplicado a los muros de piedra y el adjetivo latino maurus, moreno, con el que las tropas romanas identificaban a los mauritanos. La cercanía terminó relacionándolos semánticamente, hablar de uno de ellos debió llevar a pensar en el otro término.
En esas explicaciones se debate el artículo que dedica  Palabra Habitada, Toponimia y Medio Ambiente, de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, cuando intenta explicar el caso concreto del Mirador del Moro

La segunda posibilidad, que aquí se sigue, vuelve la mirada a una hipotética raíz prerromana del tipo *MORR-, con el significado de “piedra, roca”. El léxico de Cantabria ofrece ejemplos que darían cuerpo a esta hipótesis, caso de moriazu, voz masoniega que significa “montón de pequeñas piedras”, y moruguetu, aplicada a los montones de hierba, de uso actual en Val de San Vicente y San Sebastián de Garabandal (Ayuntamiento de Rionansa).

Resulta evidente, por tanto, que esa referencia a los moros en nuestro territorio sirve como referencia y testimonio de un pasado remoto indistintamente de su origen. Otra característica propia de este fenómeno toponímico es su localización en las zonas interiores de los valles, por lo que, aprovechando una frase hecha, podríamos terminar diciendo que en Saja Nansa… “no hay moros en la costa

lunes, 16 de abril de 2012

LA LLUVIA EN LA COMARCA SAJA NANSA



En unos días tan lluviosos como los que estamos teniendo, una colaboración con los chicos de la web Meteosal nos han traído algunos datos muy interesantes sobre la distribución y magnitud de las precipitaciones en los últimos años con conclusiones muy interesantes… como que llueve tanto como antes , pero repartido en más días, hasta el punto que, como media, en Saja Nansa uno de cada tres días del año es de lluvia…

por Ruben Ruiz

Como ya sabemos, desde hace unos años hasta la actualidad, las lluvias no son regulares en la comarca Saja Nansa.
 Vamos a hacer una comparativa de los años pluviométricos y las posibles causas de porque fueron así:
 Se entiende como “precipitación” la caída hacia la tierra, procedente de las nubes, de todas las formas de agua líquidas o sólidas (lluvia, nieve, granizo, rocío…etc), aunque tan sólo la nieve y la lluvia contribuyen significativamente a los totales de precipitación.
 Los años 1991, 2000, 2006, fueron años pluviométricamente hablando muy bajos, ya que se registraron 635 l/m2, 898 l/m2, 904 l/m2.


 Curiosamente, en los dos primeros años el número de días de precipitación es acorde con la poca pluviosidad anual, ya que fueron 57 y 69 respectivamente. En cambio en el año 2006 el número de días fue de 106 días de lluvia.
 La explicación es que  en los meses de más lluvia que son entre Abril y junio, y Septiembre y Diciembre, en los dos primeros años hubo un dominio de circulación zonal de oeste a este de borrascas, con vientos dominantes de componente Noroeste los cuales en pocos días y horas dejan bastante precipitación. Aun así hubo en general un dominio anticiclónico azoriano, por lo que las precipitaciones no fueron cuantiosas.
 En el 2006, la situación fue muy parecida pero a diferencia de los dos años anteriores, este año hubo mucha afluencia de vientos de componente Norte, los cuales suelen favorecer episodios lluviosos, pero en bastantes ocasiones no vienen acompañados de inestabilidad a niveles medios y altos de la atmósfera, por lo que aunque el número de días de lluvia sea mayor, las cantidades recogidas no son excesivamente altas tampoco.
 Además éstas circunstancias suelen venir por un dominio anticiclónico severo, y régimen de vientos del Norte, impidiendo la circulación normal de borrascas o corriente de Coriolis y obligando a éstas a afectar al norte y este de Europa.
 Por el contrario, en los años 1995, 1998, 1999, 2002, 2003, 2007 por ejemplo, el número de días de lluvia fue bastante normal, rondando los 50-70 días de lluvia, excepto en el 2007 donde fueron 118 días de lluvia.
 Estos años fueron de precipitación normal ya que rondaron los 1200 l/m2 en la comarca Saja Nansa. En el año 2007 fue especialmente lluvioso en los meses de Invierno de Septiembre a Diciembre debido a la influencia de vientos de componente Noroeste.
 Destacamos como años más lluviosos de la serie de 1990 a 2010, el año 1992 y el año 2008.
 Sobre todo este último con 1622 l/m2 y 133 días de lluvia fue especialmente lluvioso. Esto ocurrió porque el anticiclón azoriano estaba muy al Sur y dejó paso a borrascas atlánticas las cuales como ya hemos dicho traen mucha humedad y lluvia a Cantabria en general y a la comarca Saja Nansa en particular.
 Por último destacar que en los últimos años de la serie las precipitaciones han sido bastante cuantiosas, coincidiendo sobre todo con los meses estivales. En cambio, en 2011, ha sido un año seco en líneas generales, con un acumulado anual de 1100 l/m2 coincidiendo con unos meses de lluvias en las que éstas brillaron por su ausencia…

jueves, 22 de marzo de 2012

MUJERES: UN VALOR DE ESTABILIDAD EN EL MEDIO RURAL

La segadora, Millet, 1857
Si existe un fenómeno social interesante y claramente expresivo de la importante transformación de la sociedad rural tradicional es el aumento de la masculinización de la población en el medio rural: existe una correspondencia directa y clara entre los procesos de despoblación y el porcentaje de mujeres en ese territorio. En los casos en los que la actividad económica es evidente y se goza de un mejor acceso a los servicios o donde la población se mantiene o aumenta, el porcentaje de mujeres suele ser alto, equilibrado con el de los hombres, o sea, que suele acercarse al 50% e incluso superarlo. Aunque las cifras aún queden lejos de posturas extremas, los datos que aporta la comarca Saja Nansa son son una verdadera ejemplar de ese tipo de circunstancias. Analizarlo podría aportarnos nuevas claves para entender mejor la coyuntura de nuestro territorio y, por tanto, estar un poco más cerca de las soluciones que demanda.
En una sencilla revisión de los datos podemos encontrar un lento proceso que ha marcado diferentes etapas. Si bien en los años 50-60, con la llegada de la industrialización generalizada al país, supuso una migración de hombres hacia los espacios urbano-industriales del ámbito nacional y europeo con la consiguiente feminización de la población rural, no tardó en desacelerarse esa tendencia hasta llegar al escenario contrario de un mayor abandono de los pueblos por parte de las mujeres.
Este proceso mantiene una vigencia ejemplar en nuestro territorio comarcal, cumpliendo en todos los casos la lógica del fenómeno.

(puedes ver la tabla en mejor definición clickando en la imagen)

La comarca, como ya comentamos en otra ocasión, crece durante la última década, y lo hace en mayor proporción en el género femenino: mientras que la población masculina crece en 341 individuos entre 2001 y 2011, las mujeres suman 461. Se cumple por tanto la fórmula de que mejora la población = mejora el porcentaje femenino.
En el análisis municipal esta fórmula se convierte en una verdadera constante. Sólo hay un municipio en el que haya mayor número de mujeres que de hombres, Cabezón de la Sal, con un 51%, y cumple plenamente la lógica por tratarse del municipio que más población absorbe y uno de los más importantes núcleos económicos y de servicios del territorio.
En el otro extremo se encuentra Tudanca, con el porcentaje de mujeres más bajo, apenas supera un 30 %, y uno de los casos más delicados del territorio en los procesos de descenso de la población e inactividad socioeconómica. Si tomamos como referencia alguno de los municipios que muestran en los últimos años un mayor crecimiento de población, como Mazcuerras o Val de San Vicente, o aquellos que tienen mejor accesibilidad a los servicios como San Vicente de la Barquera, vemos que, de nuevo, muestran los más equilibrados porcentajes de mujeres y hombres, y que además, han reaccionado hacia el ascenso en los últimos años.
Si buscamos entre los expertos algunas explicaciones para este fenómeno encontramos la descripción de escenarios que nos son fácilmente reconocibles. La sociedad y la economía rural tradicional basa su estructura principal en el desarrollo agrario, y éste a su vez está determinado por la titularidad de la tierra y por los avances sufridos en el último periodo histórico con la permanente modernización de los medios de explotación. En este contexto el protagonismo es contundentemente masculino, dejando a la mujer un papel secundario reducido a las labores menos reconocidas de mantenimiento del hogar y la familia. Éste es el motivo de que los hombres permanezcan mucho más en sus pueblos de nacimiento, mientras que son las mujeres las que terminan trasladándose al pueblo de la pareja o el marido.
También existe una causa relacionada con el ámbito educativo. Mientras que el hombre joven tiende a abandonar los estudios porque queda prematuramente ligado a la explotación y se le plantea la responsabilidad de su continuidad, el papel de “ayuda familiar” de la mujer joven (que ya cuenta con el sacrificio de las madres) les supone, en muchos casos, alargar más que los chicos su proceso formativo, con el objetivo de buscar un futuro fuera del medio familiar. El distanciamiento durante su proceso de formación y la prematura incorporación al mercado de trabajo, puede suponer una desvalorización de lo agrario y rural, lo que conlleva una mayor predisposición migratoria hacia los pueblos más grandes o el medio urbano, y termina apareciendo en su imaginario como la única alternativa que le permite superar el papel desestimable del modelo tradicional.
Otro aspecto que corre en favor de la marcha de muchas mujeres del medio rural en edad joven, entre los 20 y 30 años, es su especial valorización de aquellos lugares que presentan  mejores instalaciones sanitarias, educativas o culturales.
No es de extrañar, por tanto, que en cualquier planteamiento de desarrollo rural sea especialmente sensible al ámbito de las mujeres, no sólo por mejorar y compensar una situación social que arrastra la inercia histórica, sino porque premiar la inclusión de la mujer en un nuevo concepto rural supone sentar las bases para una situación más estable de la población.

miércoles, 7 de marzo de 2012

LEYENDAS URBANAS


 La idea de que la crisis podía ser un aliciente para que la población inmigrante haya decidido volver a sus pueblos de origen, con la intención de alcanzar la autarquía de una vida sencilla, se ha generalizado en la calle y entre los contenidos de algunos medios, pero no parecen tener un reflejo claro en la estadistica de nuestra comarca, al menos de momento...

Si analizamos los datos desde 2005 encontramos que, efectivamente el paro ha sido un verdadero castigo para todos y cada uno de nuestros municipios, fueran del tipo y lugar que fuesen. Todos los municipios de Saja Nansa han duplicado en los últimos años su tasa de paro, y algunos han llegado a superarla en tan sólo 5 años un 400%. No necesitamos más demostraciones para asegurar que esa otra imagen de que la crisis ha hecho menos mella en el medio rural también se nos diluye en la realidad: el empleo siempre fue un elemento determinante para la recepción o perdida de población, pero en estos años el paro ha ascendido en nuestra comarca una media del 270 %.
Cumplimos, por tanto, con un contexto claro afectado por la crisis, y ahora tendríamos que mirar como ha reaccionado la población a esta situación. El primer referente que tendríamos que tener en cuenta es el crecimiento natural de nuestros municipios en este periodo para  poder entender mejor los números finales.

 
En el cuadro que analiza el crecimiento vegetativo de la comarca, la tendencia natural de la población a crecer o disminuir mediante el recuento sencillo de sus nacimientos y defunciones, presenta unas cuentas claramente negativas: la capacidad de repuesto de la población por sí misma es negativa, hay más defunciones que nacimientos. En el periodo seleccionado, entre 2005 y 2010, las cifras positivas de crecimiento natural son la excepción. Los datos totales de la comarca nos llevarían a una perdida de población de 309 vecinos durante ese periodo, teniendo a Rionansa, Valdáliga y Cabuérniga como los municipios con un descenso mayor, y a Cabezón de la Sal y Udías como los dos únicos datos de valor positivo: en estos dos municipios la población crecería por sí misma.
Los municipios pequeños muestran la misma tendencia a disminuir, aunque su cifras relativas sean menores (algunos descenderían casi un 10%), marcados por una población muy envejecida que presenta pocos nacimientos y un importante número de defunciones.
En cualquier caso es curioso comprobar que todos los municipios, sin excepción, tienen periodos de crecimiento y descenso durante ese periodo.


Pero si, finalmente, miramos las cifras absolutas que nos aportan el ICANE para el periodo que va de 2005 a 2011 vemos que la comarca Saja Nansa remonta las cifras de descenso propias del crecimiento natural hasta llegar a contar con 108 vecinos más en este periodo. En el ámbito de los municipios encontramos 6 de ellos en el que el resultado es de claro crecimiento, y en todos los demás (salvo en dos casos) sus datos de crecimiento, aunque negativos, mejoran los datos de su crecimiento natural con la llegada de nuevos vecinos desde el exterior. Algunos municipios, como Ruente, Mazcuerras o Val de San Vicente remontan un crecimiento vegetativo negativo para mostrar una pauta de claro aumento que llega a superar en algún caso a los que su crecimiento natural se mostraba firme.
Es evidente que en sus números absolutos la comarca Saja Nansa aún mantiene los suficientes ingredientes de interés para seguir creciendo a pesar de los duros momentos de la economía y el empleo, pero la tendencia, no parece ser, ni mucho menos, un movimiento significativo de retorno, ya que, al fin y al cabo, los mayores crecimientos parecen atender más a la cercanía de los servicios y las comunicaciones que a un interés por recuperar el medio rural más tradicional, que se sigue mostrando con una delicada situación de perdida poblacional.

jueves, 21 de julio de 2011

2011 AÑO INTERNACIONAL DE LOS BOSQUES

Jesús Garzón, presidente de la Asociación Concejo Tres Mares

Las Naciones Unidas han declarado 2011 como el Año Internacional de los Bosques, para concienciar a la sociedad sobre su inmensa importancia, la obligación de conservarlos, la biodiversidad que albergan, las amenazas que les afectan y la necesidad de gestionarlos de forma sostenible para las actuales y futuras generaciones. Sin embargo, los bosques son considerados cada vez más como meras plantaciones de árboles con fines industriales, gestionados por técnicos incapaces de comprender su gran importancia ambiental y social. Interesan solamente sus producciones madereras y el negocio que representa el movimiento de maquinaria pesada para abrir pistas forestales y cortafuegos, con graves problemas erosivos y paisajísticos, o dedicando desorbitadas inversiones públicas a vehículos, aviones, helicópteros, personal y materiales para extinción de incendios, sin invertir en su prevención, y con dudosa eficacia pues requiere incrementar cada año los gastos y los efectivos.

Los técnicos y políticos responsables de la conservación de nuestra naturaleza y de la gestión forestal olvidan con excesiva frecuencia los principios establecidos por la propia LEY DE MONTES: “fomentar sus valores ambientales, económicos y sociales, conservar y restaurar la biodiversidad, crear empleo y fomentar el desarrollo sostenible del medio rural, con participación en la política forestal de los sectores sociales y económicos implicados. Los montes, independientemente de su titularidad, desempeñan una función social relevante, tanto como fuente de recursos naturales como por proporcionar múltiples servicios ambientales, como protección del suelo y del ciclo hidrológico, fijación del carbono atmosférico, mantenimiento de la diversidad biológica y como elementos fundamentales del paisaje. El reconocimiento de estos recursos, que benefician a toda la sociedad, obliga a las Administraciones Públicas a velar en todos los casos por su conservación, protección, restauración, mejora y ordenado aprovechamiento”.

A pesar de ello, una alta proporción de las actuaciones e inversiones que desarrollan los organismos forestales de nuestra Administración sólo contribuyen a generar graves problemas ambientales. Cualquier lluvia intensa o tormenta arrastra toneladas de suelo fértil erosionando nuestras laderas, contaminando y colmatando los ríos y arroyos y provocando frecuentemente argallos y desbordamientos, que afectan a las comunicaciones o causan graves daños y perjuicios a la población. Para averiguar el origen de los procesos erosivos basta seguir el rastro de piedra y lodo que dejan las riadas: en la inmensa mayoría de los casos se trata de pistas, cortafuegos, reforestaciones o sacas de madera, efectuadas sin los mínimos criterios conservacionistas. Incluso las llamadas reforestaciones, financiadas con dinero público, se realizan con frecuencia mediante aterrazamientos del terreno para plantar especies exóticas, como eucaliptus, pinos y robles americanos, que contribuyen a la degradación de los paisajes, los ecosistemas y los usos tradicionales de los montes de Cantabria, destruyendo las praderías con sus valiosos invernales.

Hay que considerar en este sentido la importancia cultural y ambiental de nuestra región, límite biogeográfico a nivel mundial entre los ecosistemas eurosiberianos, ibéricos y mediterráneos, excepcional refugio para la biodiversidad Y muy bien conservado hasta nuestros días, gracias al delicado equilibrio que ha existido tradicionalmente entre los cántabros y su naturaleza. Por ejemplo, la Unesco reconoció en 2008 como Patrimonio de la Humanidad a nueve santuarios del arte paleolítico. Entonces, hace 15.000 años, la actual Cantabria estaba cubierta por vegetación esteparia, característica del clima frío y árido de la última fase glaciar, pero algunos valles abrigados, como Liébana, sirvieron como refugios climáticos, que permitieron sobrevivir a muchas especies de arbolado.

Durante el óptimo climático, entre 8.000 y 4.000 años antes del presente, esto permitió la recuperación de los bosques, que constituyen por tanto elementos relativamente modernos del paisaje, pues se desarrollaron y evolucionaron ya en estrecha relación con las poblaciones humanas, ganaderas desde hace más de 5.000 años. El secular respeto de nuestros vecinos por la gestión de sus montes se manifiesta por ejemplo en las antiguas Ordenanzas de los Concejos, como la Concordia de Bárcena Mayor, que en enero de 1497 ya establecía la usadía y costumbre de tiempo inmemorial, conforme a los antiguos conciertos para el aprovechamiento de los montes, para la subida de los ganados a sus beranizas y para el asoldamiento de los pastores, bajo juramento que primero hagan de hacer bien lo que sobre esto se les encargare, y que todos los vecinos sean obligados a dar pastos y guardia a sus ganados menores, ovejas y cabras y puercos”.

También se preocupaban por evitar los procesos erosivos: “Para evitar los estragos que las aguas hacen en las heredades labradas, por lo pendiente que se hallan, mandamos que cada vecino abra surcos y riegos, y los calces que hay o hubiere en adelante se limpiarán todos los años”. Para el control de lobos y jabalíes: “ordenamos y mandamos que todos los sábados de los meses de abril y mayo vayan todos los vecinos del Valle a hacer monterías y a buscar la cría de los animales dañinos”. Además de la prohibición de cortar ningún árbol de las cerraduras de las heredades y prados en ningún tiempo, también se establecía: “que todos los años, en los meses de febrero y marzo, y las demás veces que la Justicia del Valle lo mande, cada pueblo vaya a cavar sus viveros, sembrar bellotas y abugar la cría de los cagigos al término que cada uno tiene demarcado”.

Confiamos en que el nuevo gobierno emanado de las últimas elecciones autonómicas sepa recuperar la gestión tradicional de nuestros montes, en su triple función forestal, ganadera y recreativa, devolviendo el protagonismo a los vecinos depositarios de conocimientos imprescindibles y a quienes debemos su estado de conservación actual, y acabando de una vez con décadas de inercia administrativa, que tantos daños ha causado a nuestros más valiosos valores naturales, culturales y sociales.

TERRITORIO INTELIGENTE

LUIS MIGUEL GONZÁLEZ

Desde abril de 2011, la comarca Saja-Nansa ha dado un salto cualitativo en cuanto a la capacidad de proporcionar recursos, tanto a la empresa privada ubicada en cualquiera de los municipios que conforman la comarca, como a cualquier vecino que requiera disponer de medios tecnológicos para mejorar su calidad de vida.

Este hecho ha sido posible gracias al proyecto Riega, promovido por la Asociación de Desarrollo Rural Saja-Nansa.

Este proyecto, describe y justifica la implantación de una red inalámbrica a lo largo y ancho del territorio de esta comarca y que inicialmente venía a mejorar la gestión de los recursos hídricos de la zona, pero en realidad, se trata de una plataforma tecnológica sin igual, para la futura integración de servicios para el usuario, partiendo de la posibilidad de acceder a Internet en movilidad desde cualquiera de las poblaciones de la comarca.

La red, es un entramado de estaciones base, constituidas por elementos radiantes, equipos de comunicaciones de exterior y las infraestructuras necesarias para emplazar herrajes y soportes, cableado, etc. Sin olvidar que muchos de los emplazamientos han obligado a la instalación de energía solar fotovoltaica para proporcionar energía a las estaciones, puesto que no existen acometidas eléctricas en muchos de los depósitos de agua donde se hallan.

La tecnología inalámbrica de comunicaciones utilizada se denomina Wifi, que es la denominación que acordó la agencia Interbrand, para el conjunto de empresas que actualmente fabrican dispositivos que cumplen la norma 802.11.

La evolución de esta norma desde su aparición, ha permitido que los equipos de comunicaciones actuales alcancen transferencias de datos altísimas, en concreto, los equipos instalados en esta red, cumplen el último estándar 802.11n y pueden llegar a transferencias netas superiores a 150Mbps en enlaces mayores a 20 km. Las estaciones de esta red están ubicadas en tres tipos de emplazamientos bien diferenciados.

Por una parte, tenemos las estaciones que forman parte de la red de distribución de señal de televisión, gestionadas por la empresa Abertis, que son los nodos principales de la red, como es el caso de la estación donde se halla el equipamiento de cabecera, Monte Ibio, que interconecta toda la red al exterior, hacia Internet.

En segundo lugar, están las estaciones ubicadas en depósitos de agua propiedad de los ayuntamientos de la comarca, en estas estaciones se produce la toma de datos para obtener un histórico que ayude a una gestión eficiente del agua, mediante dispositivos o sensores capaces de medir nivel, turbidez, cloro, etc. Esta información se envía a la red para ser transportada a un servidor al cual pueden acceder los ayuntamientos para consultar las características del agua sus depósitos y así poder tomar acciones oportunas con rapidez.

Por último, están las estaciones ubicadas en zonas poblacionales, denominadas habitualmente HotSpots (del inglés, punto caliente) que crean lo que llamamos una Zona Wifi. Estas últimas, son estaciones que permiten al usuario acceder a Internet ya sea desde su casa o en movilidad a través de dispositivos portátiles.

Por tanto estamos describiendo en este artículo una red inalámbrica de ámbito exterior y con unas características de acceso y capacidad muy particulares, puesto que pretende dar servicio a cientos de usuarios simultáneamente, a lo largo de una compleja orografía como es la comarca Saja-Nansa.

Hasta ahora hemos descrito el objetivo principal de la red y su alcance físico, pero ¿dónde reside el salto cualitativo que comentábamos al principio de este texto? Pues sencillamente, en que esta plataforma de comunicaciones, transforma a los municipios a los que sirve, en un diamante en bruto donde poder implementar soluciones tecnológicas en el ámbito por ejemplo, de los servicios sociales, la teleasistencia o telemedicina, videoconferencia, gestión telématica de servicios públicos y cualquier otra solución de comunicaciones que se desee implementar en ella. Algunos expertos en este tipo de tecnologías lo han denominado SmartRegion, en aproximación a lo que actualmente conocemos como SmartCities o Ciudades Inteligentes, porque de alguna manera, estamos describiendo una plataforma de telecomunicaciones real, a disposición de aquellos usuarios y empresas que deseen implantar en ella, soluciones y servicios tecnológicos en cualquier ámbito.

Es interesante observar, que una zona de Cantabria casi sin modificar por el hombre, que mantiene virgen gran parte de sus parajes, se ha convertido en un lugar no sólo turístico, sino también residencial, puesto que la conexión con el resto del mundo se produce con similares posibilidades desde cualquiera de los emplazamientos de cobertura, en comparación con las posibilidades de acceso de las zonas urbanas donde se ubican la mayoría de los operadores de telecomunicaciones.

Gracias a esta red, la comarca Saja-Nansa está tan conectada al mundo como cualquier ciudad, por muy remoto que se halle el emplazamiento desde el cual queramos acceder a Internet.

Actualmente, con apenas 2 meses de vida, la red está siendo utilizada para ofrecer conexiones de voz y datos a empresas y clientes particulares, pero sus posibilidades son claramente prometedoras.