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martes, 10 de julio de 2012
AGENDA 21: SOSTENIBILIDAD COMPARTIDA
lunes, 2 de julio de 2012
OISEAU CANARI
El avión, bautizado como “Oiseau Canari”, Pájaro Amarillo, de fuselaje de madera y un motor Hispano Suiza, cruzó sin aterrizar el Océano Atlántico desde América, y por falta de combustible, tomó tierra en los arenales de nuestra costa, en la playa de Oyambre.
Fue el cuarto vuelo transatlántico; le precedió Lindbergh, que pilotó en solitario en el año 1.927; Chanberlain y Levine, y por último, el comandante Byrd. Si es cierto que fue el primer vuelo europeo con tres tripulantes y avión de Francia, un polizón, una radio para tomar contacto y el primero que conectó América del Norte, desde la playa de Old Orchard, en Maine, Boston, y España. Esa aventura, comenzó el día 13 de Junio de 1929.
Se llevó a cabo gracias a tres franceses. Armand Lotti, 1897-1993, fue el promotor del proyecto de volar sin repostar desde Francia hasta la costa americana. Sin embargo, el Estado Francés, debido a los más de cien muertos de anteriores vuelos con esa misma finalidad, lo prohibió. Por esa razón, hubieron de trasladar el avión a America; primero, desde Francia a Inglaterra y desde allí, lo embarcaron despiezado en el buque americano, “Leviathan”, rumbo a América, desde donde, en recorrido inverso, salió hacia Francia.
Jean Assollant, 1905-1942, el más joven de la tripulación, sería el comandante y primer piloto del Pájaro Amarillo; un aventurero aviador que pertenecía a la Armada Francesa, y que también colaboró con un porcentaje económico en este hecho. Este hombre tenía una gran habilidad y destreza en el pilotaje de aviones, gracias a ello, se salvaron en esta travesía de inconvenientes tales como las tormentas eléctricas. Permaneció ininterrumpidamente en su puesto las treinta horas del trayecto.
El tercer tripulante y segundo de a bordo como navegador de vuelo, fue René Lefèvre, 1903-1972. Decidía el rumbo más conveniente y el control del consumo de combustible, además, participó económicamente. También perteneció a la Armada francesa, y tenía una personalidad inquieta, hasta el punto de elegir como afición el bosleigh, en el que compitió con éxito. Trazó una hoja de ruta diferente de las líneas rectas de otros vuelos, es decir, por medio de curvas, las ortodrómicas o loxodrómica, y entre otras precauciones, tuvieron en cuenta las masas de aire frío.
El cuarto, fue un viajero clandestino, Arthur Schreiber, de 25 años de edad. Logró burlar la vigilancia policial, ataviado con ropa de aviador, aunque los tripulantes del Pájaro Amarillo iban vestidos de calle, y entró en el avión y se escondió en un hueco de la trasera del fuselaje. A una media hora de vuelo del Canari salió presentándose con un ingenuo “Aquí estoy” ante la tripulación. Assollant insinuó la necesidad de arrojar al polizón al océano, ya que iría en detrimento del gasto de combustible, velocidad y la estabilidad del avión; según los cálculos, retrasaría en una hora la llegada a Europa.
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Ilustración de Laura Súa para la portada dle libro de Carmen Cabezón |
A las 17 horas divisan una flotilla de barcos pesqueros que les ilusiona y confirma el buen resultado de su aventura, divisan Finisterre y se oye el grito de alegría de Asollant: ¡han atravesado el Atlántico...! Han pasado 26 horas y 44 minutos desde la partida. Siguen rumbo porque aún queda carburante; intentarán llegar a Francia. A las 19 horas, sobrevuelan Oviedo y Gijón, y calculan que podrían llegar a Santander.
Se acaba el combustible y las primeras burbujas de aire comienzan a entrar al motor. Son las 20,30 horas, se acerca el ocaso y no divisan donde aterrizar. Tras sobrevolar unas montañas, avistaron una playa vacía con forma de hoz, que a pesar de la marea llena, podría tener 2 kilómetros. Realizaron un reconocimiento y comprobaron que no sería un inconveniente el arroyo que la cruzaba. Lo hacen en dirección contraria a la de avistamiento, de Este a Oeste. La pericia de Assollant consigue un suave aterrizaje sobre una extensión de 200 metros, paró a metro y medio de un talud que cierra la playa por el Oeste. Son las 20, 40h. hora local. Habían tardado 29 h. y 32 minutos en recorrer 6,000 kilómetros, cruzando el Atlántico Norte sin escalas, desde la salida de Old Orchard hasta la playa de Oyambre.
Descendieron del Canaris, exhaustos; el silencio les dañaba, pues estaban ya acostumbrados al ruido del motor. Observaron lo solitario de las dunas y la desembocadura de La Rabia, admiraron la belleza de las praderías del entorno, pero ignoraban donde se hallaban. Caminaron hasta un campo de golf y vieron que se acercaban dos lugareños. Les preguntaron en un chapurreado políglota y consiguieron situarse. Oyambre era el lugar y Comillas, a 4 kilómetros, la población más cercana. Prestaron a Lotti una bicicleta para llegar hasta Comillas, una localidad que ya duerme. Llamó a una casa particular para pedirle que le presentaran al alcalde, Pablo Azcárate. Éste lo tildó de loco y llamó a una pareja de franceses bilingües, recién llegados a la localidad, que sirvieron de intérpretes. Uno de ellos era periodista y sabía de la aventura de Lotti y sus compañeros.
Volvieron al avión acompañados de la Guardia Civil y en su regreso, Comillas presentaba, espontáneamente, un aspecto festivo con toda la iluminación encendida. Son conducidos hasta la central telefónica y la oficina de Correos, donde se timbran las 200 cartas que traían de América. Cenaron, con fotos incluidas, y pernoctaron en la misma pensión. La noticia de su llegada llegó telefónicamente a Madrid y Paris, y de ahí a todo el mundo. También hubo un aumento del tráfico rodado y la llegada de mucho personal influyente de la provincia. Fueron felicitados por el Ministerio del Aire Francés. Aquella misma noche hicieron un baile en su honor.
Por orden del Gobierno Español llegaron felicitaciones y combustible para repostar el Pájaro Amarillo por medio de dos pilotos, Jiménez e Iglesias, que habían recorrido entre el 24 y 26 de mayo de ese año el trayecto Sevilla a Brasil, en el avión “Jesús del Gran Poder”. Aterrizó en la playa barquereña otro avión pilotado por Pombo y Antón, con un mecánico de la base de Getafe, Ricardo González, que ayudó en las reparaciones.
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Antiguo monumento en Oyambre que señala el lugar de aterrizaje |
A las 6,45 horas del 16 de junio, el Pájaro Amarillo se deslizó y despegó, suavemente por aquel arenal en dirección París. Esas imágenes quedaron plasmadas por la Paramount.
Pasados 52 días del aterrizaje del pájaro Amarillo en Oyambre, se coloca la primera piedra conmemorativa de este suceso, en el punto exacto del arenal donde se detuvo el aeroplano; culminaron el monolito conmemorativo el 8 de septiembre de ese mismo año, casualmente, festividad de la Patrona de la Virgen de la Barquera. El aterrizaje se produjo en la parte que es demarcación de San Vicente de la Barquera, pero la playa de Oyambre también pertenece a los Ayuntamientos de Comillas y Valdáliga.
Todos estos datos, en su mayoría, fueron recopilados gracias a los informes franceses, algo lógico puesto que eran de esa nacionalidad el aeroplano, el motor y sus tres tripulantes.
martes, 26 de junio de 2012
"LOS MOROS" DE SAJA NANSA
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Cambera de los Moros. San Vicente del Monte |
Resulta evidente, por tanto, que esa referencia a los moros en nuestro territorio sirve como referencia y testimonio de un pasado remoto indistintamente de su origen. Otra característica propia de este fenómeno toponímico es su localización en las zonas interiores de los valles, por lo que, aprovechando una frase hecha, podríamos terminar diciendo que en Saja Nansa… “no hay moros en la costa”
lunes, 16 de abril de 2012
LA LLUVIA EN LA COMARCA SAJA NANSA
jueves, 22 de marzo de 2012
MUJERES: UN VALOR DE ESTABILIDAD EN EL MEDIO RURAL
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La segadora, Millet, 1857 |
La comarca, como ya comentamos en otra ocasión, crece durante la última década, y lo hace en mayor proporción en el género femenino: mientras que la población masculina crece en 341 individuos entre 2001 y 2011, las mujeres suman 461. Se cumple por tanto la fórmula de que mejora la población = mejora el porcentaje femenino.
miércoles, 7 de marzo de 2012
LEYENDAS URBANAS
jueves, 21 de julio de 2011
2011 AÑO INTERNACIONAL DE LOS BOSQUES

Jesús Garzón, presidente de la Asociación Concejo Tres Mares
Las Naciones Unidas han declarado 2011 como el Año Internacional de los Bosques, para concienciar a la sociedad sobre su inmensa importancia, la obligación de conservarlos, la biodiversidad que albergan, las amenazas que les afectan y la necesidad de gestionarlos de forma sostenible para las actuales y futuras generaciones. Sin embargo, los bosques son considerados cada vez más como meras plantaciones de árboles con fines industriales, gestionados por técnicos incapaces de comprender su gran importancia ambiental y social. Interesan solamente sus producciones madereras y el negocio que representa el movimiento de maquinaria pesada para abrir pistas forestales y cortafuegos, con graves problemas erosivos y paisajísticos, o dedicando desorbitadas inversiones públicas a vehículos, aviones, helicópteros, personal y materiales para extinción de incendios, sin invertir en su prevención, y con dudosa eficacia pues requiere incrementar cada año los gastos y los efectivos.
Los técnicos y políticos responsables de la conservación de nuestra naturaleza y de la gestión forestal olvidan con excesiva frecuencia los principios establecidos por la propia LEY DE MONTES: “fomentar sus valores ambientales, económicos y sociales, conservar y restaurar la biodiversidad, crear empleo y fomentar el desarrollo sostenible del medio rural, con participación en la política forestal de los sectores sociales y económicos implicados. Los montes, independientemente de su titularidad, desempeñan una función social relevante, tanto como fuente de recursos naturales como por proporcionar múltiples servicios ambientales, como protección del suelo y del ciclo hidrológico, fijación del carbono atmosférico, mantenimiento de la diversidad biológica y como elementos fundamentales del paisaje. El reconocimiento de estos recursos, que benefician a toda la sociedad, obliga a las Administraciones Públicas a velar en todos los casos por su conservación, protección, restauración, mejora y ordenado aprovechamiento”.
A pesar de ello, una alta proporción de las actuaciones e inversiones que desarrollan los organismos forestales de nuestra Administración sólo contribuyen a generar graves problemas ambientales. Cualquier lluvia intensa o tormenta arrastra toneladas de suelo fértil erosionando nuestras laderas, contaminando y colmatando los ríos y arroyos y provocando frecuentemente argallos y desbordamientos, que afectan a las comunicaciones o causan graves daños y perjuicios a la población. Para averiguar el origen de los procesos erosivos basta seguir el rastro de piedra y lodo que dejan las riadas: en la inmensa mayoría de los casos se trata de pistas, cortafuegos, reforestaciones o sacas de madera, efectuadas sin los mínimos criterios conservacionistas. Incluso las llamadas reforestaciones, financiadas con dinero público, se realizan con frecuencia mediante aterrazamientos del terreno para plantar especies exóticas, como eucaliptus, pinos y robles americanos, que contribuyen a la degradación de los paisajes, los ecosistemas y los usos tradicionales de los montes de Cantabria, destruyendo las praderías con sus valiosos invernales.
Hay que considerar en este sentido la importancia cultural y ambiental de nuestra región, límite biogeográfico a nivel mundial entre los ecosistemas eurosiberianos, ibéricos y mediterráneos, excepcional refugio para la biodiversidad Y muy bien conservado hasta nuestros días, gracias al delicado equilibrio que ha existido tradicionalmente entre los cántabros y su naturaleza. Por ejemplo, la Unesco reconoció en 2008 como Patrimonio de la Humanidad a nueve santuarios del arte paleolítico. Entonces, hace 15.000 años, la actual Cantabria estaba cubierta por vegetación esteparia, característica del clima frío y árido de la última fase glaciar, pero algunos valles abrigados, como Liébana, sirvieron como refugios climáticos, que permitieron sobrevivir a muchas especies de arbolado.
Durante el óptimo climático, entre 8.000 y 4.000 años antes del presente, esto permitió la recuperación de los bosques, que constituyen por tanto elementos relativamente modernos del paisaje, pues se desarrollaron y evolucionaron ya en estrecha relación con las poblaciones humanas, ganaderas desde hace más de 5.000 años. El secular respeto de nuestros vecinos por la gestión de sus montes se manifiesta por ejemplo en las antiguas Ordenanzas de los Concejos, como la Concordia de Bárcena Mayor, que en enero de 1497 ya establecía la “usadía y costumbre de tiempo inmemorial, conforme a los antiguos conciertos” para el aprovechamiento de los montes, para la subida de los ganados a sus “beranizas” y para el “asoldamiento de los pastores, bajo juramento que primero hagan de hacer bien lo que sobre esto se les encargare, y que todos los vecinos sean obligados a dar pastos y guardia a sus ganados menores, ovejas y cabras y puercos”.
También se preocupaban por evitar los procesos erosivos: “Para evitar los estragos que las aguas hacen en las heredades labradas, por lo pendiente que se hallan, mandamos que cada vecino abra surcos y riegos, y los calces que hay o hubiere en adelante se limpiarán todos los años”. Para el control de lobos y jabalíes: “ordenamos y mandamos que todos los sábados de los meses de abril y mayo vayan todos los vecinos del Valle a hacer monterías y a buscar la cría de los animales dañinos”. Además de la prohibición de cortar ningún árbol de las cerraduras de las heredades y prados en ningún tiempo, también se establecía: “que todos los años, en los meses de febrero y marzo, y las demás veces que la Justicia del Valle lo mande, cada pueblo vaya a cavar sus viveros, sembrar bellotas y abugar la cría de los cagigos al término que cada uno tiene demarcado”.
Confiamos en que el nuevo gobierno emanado de las últimas elecciones autonómicas sepa recuperar la gestión tradicional de nuestros montes, en su triple función forestal, ganadera y recreativa, devolviendo el protagonismo a los vecinos depositarios de conocimientos imprescindibles y a quienes debemos su estado de conservación actual, y acabando de una vez con décadas de inercia administrativa, que tantos daños ha causado a nuestros más valiosos valores naturales, culturales y sociales.TERRITORIO INTELIGENTE

LUIS MIGUEL GONZÁLEZ
Desde abril de 2011, la comarca Saja-Nansa ha dado un salto cualitativo en cuanto a la capacidad de proporcionar recursos, tanto a la empresa privada ubicada en cualquiera de los municipios que conforman la comarca, como a cualquier vecino que requiera disponer de medios tecnológicos para mejorar su calidad de vida.
Este hecho ha sido posible gracias al proyecto Riega, promovido por la Asociación de Desarrollo Rural Saja-Nansa.
Este proyecto, describe y justifica la implantación de una red inalámbrica a lo largo y ancho del territorio de esta comarca y que inicialmente venía a mejorar la gestión de los recursos hídricos de la zona, pero en realidad, se trata de una plataforma tecnológica sin igual, para la futura integración de servicios para el usuario, partiendo de la posibilidad de acceder a Internet en movilidad desde cualquiera de las poblaciones de la comarca.
La red, es un entramado de estaciones base, constituidas por elementos radiantes, equipos de comunicaciones de exterior y las infraestructuras necesarias para emplazar herrajes y soportes, cableado, etc. Sin olvidar que muchos de los emplazamientos han obligado a la instalación de energía solar fotovoltaica para proporcionar energía a las estaciones, puesto que no existen acometidas eléctricas en muchos de los depósitos de agua donde se hallan.
La tecnología inalámbrica de comunicaciones utilizada se denomina Wifi, que es la denominación que acordó la agencia Interbrand, para el conjunto de empresas que actualmente fabrican dispositivos que cumplen la norma 802.11.
La evolución de esta norma desde su aparición, ha permitido que los equipos de comunicaciones actuales alcancen transferencias de datos altísimas, en concreto, los equipos instalados en esta red, cumplen el último estándar 802.11n y pueden llegar a transferencias netas superiores a 150Mbps en enlaces mayores a 20 km. Las estaciones de esta red están ubicadas en tres tipos de emplazamientos bien diferenciados.
Por una parte, tenemos las estaciones que forman parte de la red de distribución de señal de televisión, gestionadas por la empresa Abertis, que son los nodos principales de la red, como es el caso de la estación donde se halla el equipamiento de cabecera, Monte Ibio, que interconecta toda la red al exterior, hacia Internet.
En segundo lugar, están las estaciones ubicadas en depósitos de agua propiedad de los ayuntamientos de la comarca, en estas estaciones se produce la toma de datos para obtener un histórico que ayude a una gestión eficiente del agua, mediante dispositivos o sensores capaces de medir nivel, turbidez, cloro, etc. Esta información se envía a la red para ser transportada a un servidor al cual pueden acceder los ayuntamientos para consultar las características del agua sus depósitos y así poder tomar acciones oportunas con rapidez.
Por último, están las estaciones ubicadas en zonas poblacionales, denominadas habitualmente HotSpots (del inglés, punto caliente) que crean lo que llamamos una Zona Wifi. Estas últimas, son estaciones que permiten al usuario acceder a Internet ya sea desde su casa o en movilidad a través de dispositivos portátiles.
Por tanto estamos describiendo en este artículo una red inalámbrica de ámbito exterior y con unas características de acceso y capacidad muy particulares, puesto que pretende dar servicio a cientos de usuarios simultáneamente, a lo largo de una compleja orografía como es la comarca Saja-Nansa.
Hasta ahora hemos descrito el objetivo principal de la red y su alcance físico, pero ¿dónde reside el salto cualitativo que comentábamos al principio de este texto? Pues sencillamente, en que esta plataforma de comunicaciones, transforma a los municipios a los que sirve, en un diamante en bruto donde poder implementar soluciones tecnológicas en el ámbito por ejemplo, de los servicios sociales, la teleasistencia o telemedicina, videoconferencia, gestión telématica de servicios públicos y cualquier otra solución de comunicaciones que se desee implementar en ella. Algunos expertos en este tipo de tecnologías lo han denominado SmartRegion, en aproximación a lo que actualmente conocemos como SmartCities o Ciudades Inteligentes, porque de alguna manera, estamos describiendo una plataforma de telecomunicaciones real, a disposición de aquellos usuarios y empresas que deseen implantar en ella, soluciones y servicios tecnológicos en cualquier ámbito.
Es interesante observar, que una zona de Cantabria casi sin modificar por el hombre, que mantiene virgen gran parte de sus parajes, se ha convertido en un lugar no sólo turístico, sino también residencial, puesto que la conexión con el resto del mundo se produce con similares posibilidades desde cualquiera de los emplazamientos de cobertura, en comparación con las posibilidades de acceso de las zonas urbanas donde se ubican la mayoría de los operadores de telecomunicaciones.
Gracias a esta red, la comarca Saja-Nansa está tan conectada al mundo como cualquier ciudad, por muy remoto que se halle el emplazamiento desde el cual queramos acceder a Internet.
Actualmente, con apenas 2 meses de vida, la red está siendo utilizada para ofrecer conexiones de voz y datos a empresas y clientes particulares, pero sus posibilidades son claramente prometedoras.