En esta ocasión, como ya hicimos con el Parque Natural de
Oyambre, queremos conocer un poco mejor el Parque Natural Saja Besaya a través
de los comentarios de las personas que están implicadas diariamente en la
delicada tarea de la divulgación de sus tesoros y su cuidado.
Viajamos hasta ese espacio que es posible que sea el paisaje
más característico de los montes y montañas del interior de Cantabria,
recorremos sus 24
500 hectáreas de brañas, praderas y bosques y nos
detenemos unos minutos en el Centro de Interpretación del Parque que se
encuentra en el precioso ascenso a Palombera, poco después de atravesar el
pueblo de Saja. Allí nos espera Diego Naranjo, el coordinador de guías del ámbito del
Parque Natural Saja Besaya.
Hemos comenzado un 2012 con muy buen tiempo y eso
anima a la gente a salir…¿Como van las visitas este año? ¿y como fueron el año
anterior?
Bueno, en este primer trimestre el número de visitas es
ligeramente superior al mismo periodo del año pasado. En febrero, sí hemos disfrutado de la nieve y en un marzo
tan soleado como el de este año las vistas de los colegios y las rutas guiadas
han funcionado a pleno rendimiento, un poco mejor que en el 2011.
¿Cuántas rutas distintas realizáis? ¿Hay alguna que
sea de temporada?
En este primer semestre de 2012 tenemos 20 rutas. Se trata
de rutas adaptadas a todos los usuarios; lo que pretendemos es que toda aquella
persona que quiera hacer una ruta con nosotros pueda hacerlo independientemente
de su estado de forma, por ejemplo, tenemos “paseos” de 4 a 8 Km. que no superan los 120 m. de desnivel y rutas de
17km que acumulan un desnivel de más de 800 m.
De temporada tenemos las rutas con raquetas y la berrea. Con
las raquetas (tenemos 12 pares para dejar a los usuarios que no tienen),
dependemos de la nieve, cuando no hay nieve hacemos una alternativa de ruta a
pié. Otra de actividad de temporada es la berrea: el reclamo que emiten los
machos de ciervo durante la época de celo. Esta actividad se realiza de
mediados de septiembre a primeros de octubre, para mostrar a las visitas este
espectacular comportamiento de los cérvidos.
¿Hay alguna que destaque por el interés de los
visitantes en su demanda ?
Las dos de temporada, raquetas y berrea, tienen muchísima
demanda, las listas de espera suelen ser abultadas. Con las raquetas el grupo
máximo son 15 personas (mínimo tres de ellas tienen que llevar sus propias
raquetas) y con la berrea los grupos son de 6. En el caso de las raquetas hay
un atractivo muy fuerte que es la nieve, caminar por una zona completamente
nevada es una experiencia que ninguno de nuestros visitantes quiere dejar de
hacer. Y con la berrea, la posibilidad de ver, y oír, animales salvajes es algo
que cualquiera de nuestros usuarios no quiere perderse. Y, ojo, digo bien con
lo de la “posibilidad”; nuestra máxima es no molestar bajo ningún concepto a
los ciervos, para ello tenemos los telescopios y los prismáticos que nos
permiten verlos con todo detalle sin interrumpir para nada su quehacer
cotidiano. En ningún caso vamos a molestar a los animales para conseguir el
objetivo de observarlos. En los últimos años la actividad de ir a ver a los
ciervos durante la berrea se ha masificado, hay quienes tienen un
comportamiento de respeto hacia lo que están viendo y hacia el sitio donde
están, pero luego, la mayoría, no quieren irse sin ver a los ciervos y no tiene
ningún problema en meterse por cualquier sitio (incluso con los coches),
asustando a los grupos de ciervas y alterando completamente su comportamiento.
Y en las zonas cercanas a la carretera la acumulación de basuras es
considerable, nuestra cuadrilla dedica varias jornadas a la limpieza de estas
zonas durante este periodo.
¿Podrías describir el perfil del visitante
habitual?
Más que un perfil, yo diría que hay varios. Por un lado
están los que vienen a hacer rutas y por otro los que vienen a ver el Centro de
Interpretación y a pedir información.
Dentro de los que hacen las rutas los hay que vienen por
probar, por conocer alguna ruta “famosa”, y los que son habituales, aquellos que
ya nos conocen, que les gusta ir al campo a algo más que caminar y que vienen
muchos fines de semana. En verano, es distinto, viene gente de fuera de
Cantabria que le gusta el campo y también están los grupos familiares (por eso
en está época tenemos rutas cortas por la mañana y por la tarde, para cubrir
esta demanda)
¿Cuáles son los tesoros más importantes de este Parque Natural? ¿En qué radica su importancia?
La importancia del P.N. Saja-Besaya... no me parece una
pregunta de fácil respuesta, lo normal es dejarse multitud de cuestiones en el
tintero.
Una zona que, en su totalidad o en parte, es Reserva
Regional de Caza, Parque Natural, Plan de recuperación del oso pardo, Zona de
Especial Protección para las Aves (ZEPA), y Lugar de Importancia Comunitaria
(LIC), ya nos da una idea clara de que es excepcional y de que sus gentes lo
saben y quieren conservarla. Tal vez, lo más destacable sea todo el conjunto:
los bosques, los ríos, las zonas de matorral, los pastos, las cumbres… y el
hombre. No olvidemos que un espacio natural (al menos los que hay en España),
no es sólo flora, fauna y paisaje, también es gente.
Además de los guías, tenéis un equipo de
mantenimiento. ¿Qué labores realizan?
La cuadrilla de mantenimiento es imprescindible. Hay que
tener en cuenta que muchas de las rutas que hacemos discurren por viejos
caminos que se habían perdido por falta de uso. Tanto los caminos habituales,
como aquellos que hemos abierto de nuevo necesitan un mantenimiento periódico. Señalar
que en las actuaciones de la cuadrilla siempre está presente el respeto a la
naturaleza y aunque se intentan acondicionar los senderos, no se pretende
urbanizar el medio.
También se han señalizado rutas en el Parque y la colocación
y mantenimiento de las balizas y los senderos corre a cargo de los operarios.
Todo el recinto del centro de interpretación y el propio centro también es cosa
suya. La limpieza y el mantenimiento de las áreas recreativas (en verano, la
recogida de basuras y el acondicionamiento de estas áreas les ocupa
prácticamente toda la semana). También colaboran con los técnicos auxiliares
del medio natural en la eliminación de vertederos incontrolados, plantación de
árboles, eliminación de plantas exóticas invasoras, desbroces, etc. Desde luego está claro que el “equipo” de Saja no son cuatro
personas, sino ocho.
Sois unos intermediarios protagonistas entre dos
ámbitos que se atraen cada vez más…¿Cómo ves la relación entre naturaleza y
turismo?
Se trata de una relación que nosotros hacemos todo lo
posible para que sea cada vez más estrecha y mejor avenida…es decir, nuestra
intención es que haya un máximo de personas que vengan a disfrutar de nuestros
espacios naturales, pero sin acabar con ellos, sin masificarlos. Por un lado
queremos dar a conocer a todo el mundo nuestra riqueza natural pero por otro
tenemos que seguir conservando esos espacios. Ahí, creo que nuestra labor es
fundamental. Hay áreas, hay rutas en las que no hay ningún control sobre el
número de personas que las utilizan, senderos que se han señalizado para que
cualquiera pueda disfrutarlos en cualquier momento, y que creo que es necesario
que existan. Esto ha llevado, en algunos casos, a una clara degradación, muy
patente por ejemplo en el caso del apelmazamiento excesivo del suelo por
pisoteo. Cuando en una de nuestras rutas llevamos a más de 200 personas a lo
largo de todo un año ya nos planteamos la necesidad de disminuir esa afluencia,
de ofrecer otras rutas para que no disminuya el número de personas que nos
visitan, pero que la influencia negativa sea la mínima. Somos conscientes de
que estamos enseñando rutas desconocidas a un montón de gente que luego ellos
van a hacer por su cuenta (el GPS cada vez tiene un uso más popular), pero
constantemente insistimos a todos los que vienen con nosotros sobre la
necesidad de cuidar y respetar la naturaleza para poder seguir disfrutando de
ella.
No se si ya hemos alcanzado el máximo de personas que nos
pueden visitar sin que ello empiece a suponer un problema para el entorno,
hemos pasado de las 3.900 visitas de 2008, antes de empezar nuestro trabajo, a
las 15.600 personas que nos visitaron en el 2011, así que creo estamos muy
cerca del tope.
Cada vez vienen más turistas atraídos por nuestra actividad
de rutas guiadas y de información en el centro, cada vez vienen más colegios a
realizar cualquiera de las actividades del programa escolar de educación
ambiental… y mientras se pueda mantener la calidad de todo lo que ofrecemos y
no supongamos un problema para el medio natural, es que estamos haciendo bien
nuestro trabajo
En este tiempo, con el trato directo con el
público, seguro que habréis escuchado preguntas y comentarios de todo tipo
sobre el Parque, puedes compartir alguna de esa anécdotas con nosotros…
En estas fechas la pregunta mas frecuente,
independientemente de la procedencia de los visitantes, es sobre los incendios.
Llama mucho la atención, desde que cruzas la Hoz de Santa Lucía y entras en Cabuérniga no hay
ni un solo kilómetro, hasta cruzar el puerto de Palombera, en el que no veas
alguna zona quemada, incluso dentro del Parque Natural. Este año, antes de
Semana Santa, nos llamó una familia que quería venir a pasar unos días a
Cantabria, nos preguntó que si se había quemado mucho… no se cuanta superficie
se ha quemado este año, pero con más de 230 incendios en 6 días…
Cosas curiosas, la gente que nos viene con chanclas a hacer
una ruta, las parejas que se ponen a discutir a mitad de recorrido, los que se
emocionan cuando vemos al picamaderos negro o a un grupo de ciervos, los que se
sorprenden de todo lo que pueden aprender en una ruta, los que afirman haber
hecho “la ruta más bonita de su vida”, la cara de emoción de los más pequeños
ante el rastro del musgosu, o el ojancano, el aplauso de algunos coles cuando
finalizan la actividad, los que preguntan por el oso, por el urogallo, por el
lobo... los que buscan el otoño del hayedo, los que se abrazan a los árboles,
los que se sorprenden (y agradecen sobremanera),por la gratuidad del servicio.
A día de hoy todo son cosas buenas, no llevamos tanto tiempo, este es nuestro
cuarto año.
Pero no sólo somos nosotros los que contamos cosas, desde el
primer día tenemos dos confidentes que algo saben y conocen del Parque: Marino
“el de Saja” y Ramón (el último guarda
que vivió en la antigua casa forestal y hoy centro de interpretación). Es un
placer hablar con ellos y tenemos pendiente conocer el haya “mas gorda del
Monte Saja e igual de todo el Parque”. Los dos bares de Saja, también son
nuestro punto de información sobre caminos viejos, chozos, historias y veredas.