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martes, 30 de agosto de 2011

LOS MONTAÑESES DEL PASADO

En estos días en el que la celebración de las Guerras Cántabras invitan a mirar al pasado preromano de nuestra región, podemos leer los párrafos en los que los geógrafos clásicos mostraban, entre la imaginación y la realidad, la imagen de los pueblos que vivían en la franja septentrional de la Península.

El texto que os mostramos es de Estrabón, un geógrafo griego que murió en el año 18 de nuestra era, y tiene una objetividad relativa, ya que, aunque él viajó mucho, jamás estuvo en Hispania, y el volumen de su Geografía dedicada a Iberia, lo redactó en base a los textos de otros autores anteriores (especialmente Posidonio) que hoy han desaparecido.

"Todos los montañeses son sobrios: no beben sino agua, duermen en el suelo, y llevan cabellos largos al modo femenino, aunque para combatir se ciñen la frente con una banda. Comen principalmente carne de cabrón; a la diosa Áres sacrifican cabrones, y también cautivos y caballos; suelen hacer hecatombes de cada especie de víctima, al uso griego, y por decirlo al modo de Píndaros, "inmolan todo un centenar". Practican luchas gýmnicas, hoplíticas e hípicas, ejercitándose para el pugilato, la carrera, las escaramuzas y las batallas campales.

En las tres cuartas partes del año los montañeses no se nutren sino de bellotas, que, secas y trituradas, se muelen para hacer pan, el cual puede guardarse durante mucho tiempo. Beben "zýthos", y el vino, que escasea, cuando lo obtienen se consume en seguida en los grandes festines familiares. En lugar de aceite usan manteca. Comen sentados sobre bancos construidos alrededor de las paredes, alineándose en ellos según sus edades y dignidades; los alimentos se hacen circular de mano en mano; mientras beben, danzan los hombres al son de flautas y trompetas, saltando en alto y cayendo en genuflexión.

Los hombres van vestidos de negro, llevando la mayoría el "ságos", con el cual duermen en sus lechos de paja. Usan de vasos labrados en madera, como los celtas. Las mujeres llevan vestidos con adornos florales. En el interior, en lugar de moneda practican el intercambio de especies o dan pequeñas láminas de plata recortadas. A los criminales se les despeña, y a los parricidas se les lapida, sacándolos fuera de los límites de su patria o de su ciudad. Se casan al modo griego. Los enfermos, como se hacía en la Antigüedad entre los asirios, se exponen en los caminos para ser curados por los que han sufrido la misma enfermedad. Antes de la expedición de Broútos, no tenían más que barcas de cuero para navegar por los estuarios y lagunas del país; pero hoy usan ya bajeles hechos de un tronco de árbol, aunque su uso aún es raro. Su sal es purpúrea, pero se hace blanca al molerla.

Así viven estos montañeses, que, como dije, son los que habitan en el lado septentrional de Ibería; es decir, los kallaikos, astures y cántabros, hasta los vaskones y el Pyréne, todos los cuales tienen el mismo modo de vivir.

Su rudeza y salvajismo no se deben sólo a sus costumbres guerreras, sino también a su alejamiento, pues los caminos marítimos y terrestres que conducen a estas tierras son largos, y esta dificultad de comunicaciones les ha hecho perder toda sociabilidad y toda humanidad. Sin embargo, hoy el mal es menor gracias a la paz y a la llegada de los romanos. Allí donde estas dos ventajas no han penetrado, conservan un carácter más feroz y brutal, sin tener en cuenta que esta disposición natural entre la mayoría de ellos ha podido aumentarse por causa de la aspereza del país y el rigor del clima. Mas, repito, todas estas guerras están hoy día acabadas; los mismos cántabros, que de todos estos pueblos eran los más aferrados a sus hábitos de bandidaje, así como las tribus vecinas, han sido reducidos por César Augusto; y ahora, en lugar de devastar, como antes, las tierras de los aliados del pueblo romano, llevan sus armas al servicio de los mismos romanos, como acaece precisamente con los koniakos y con los plentouísos, que habitan hacia las fuentes del Ebro. Tibério, además, por indicación de César Augusto, su predecesor, ha enviado a estas tierras un cuerpo de tres legiones, cuya presencia ya ha hecho mucho no sólo pacificando, sino también civilizando una parte de estos pueblos"

jueves, 25 de agosto de 2011

EL NANSA DEL PASADO COMO FUTURO

Siempre hay una larga lista de aspectos que definen a los emprendedores y que varían de unas publicaciones a otras: compromiso, constancia, coraje, valentía, independencia… pero tal vez el elemento más eficaz en el arranque de un proyecto emprendedor en estos tiempos sea la capacidad de visión, la habilidad para que donde otras personas encuentran un problema o una dificultad, consiga discernir una oportunidad.

José Luis Pérez Gutiérrez es un empresario joven que ha ido aprendiendo a golpe de ir poniendo su empeño en encontrar una fórmula distinta que le permitiera permanecer en su pueblo y evitar el abandono del medio rural. Y a veces ocurre eso de que los árboles no te dejan ver el bosque, porque tropezamos una y otra vez en algún planteamiento cuya fórmula ya nos resta energía y nos impide arrancar un proyecto distinto. José Luis se ha desmarcado de la visión de encontrar el Valle del Nansa como un espacio complicado y problemático, y prefiere ver ese territorio con otra mirada. Él dice que “ la implantación del Plan LEADER en la comarca, la mejora de los accesos por carretera, la apertura la público de las cuevas del Soplao ó la actuación dinamizadora en los últimos años de la Fundación Botín en la comarca del Nansa han convertido a ésta en una zona con un importante potencial de crecimiento que intentaremos aprovechar en una comarca con una abundante oferta gastronómica, pero que prácticamente no ofrece alternativas de ocio a la visita de la cuevas del Soplao, que es nuestro principal reclamo para la llegada de viajeros

Comenta que la comarca ya disfruta de un “excelente marco paisajístico y patrimonial” y que lo único que necesita es un “esfuerzo dinamizador” que lo ponga en marcha. Su convencimiento sobre los valores y atractivos de la zona es tal que ha convertido al propio valle en elemento protagonista de su proyecto. Sobre una previa propuesta de alojamiento ya existente en la aldea de Riclones, José Luis ha ideado una multipropuesta que combina diferentes posibilidades de interés: unos apartamentos, un restaurante, un spa con gimnasio y masaje… y la novedad de un museo sobre el Valle del Nansa. En las 7 salas que ocupan 300 metros cuadrados de exposición podemos conocer y repasar la forma de vida en el mundo rural a lo largo de su historia mediante paneles fotográficos, textos, videos, objetos antiguos…

Tras un laborioso trabajo de recopilación de información, selección de textos e imágenes, y búsqueda de recursos de todo tipo, la visita permite hacer un paseo por el espacio y el tiempo del valle, con paradas, por ejemplo, en la artesanía de albarcas y aperos, del folclore local y la gastronomía, del juego de los bolos, de los aprovechamientos del río, de las cuevas y el patrimonio histórico… Pero el mismo José Luis nos advierte que es necesario “complementar la inversión global con otras fuentes de ingresos dado que un espacio museográfico por sí mismo es muy difícil de rentabilizar. Por tanto intentaremos aprovechar unas actividades complementarias que hagan esta actividad más rentable: apartamentos y restaurante, así como un pequeño espacio donde vender productos típicos de la zona dando una imagen de comarca basada en la calidad de los mismo

El proyecto del museo ha rondado los 49 000 euros, de los cuáles 17003 han sido cubiertos por una ayuda de los fondos LEADER que corresponden al Plan Comarcal de la Asociación de Desarrollo Rural Saja Nansa (Consejería Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Gobierno de Cantabria)

Jose Luis Pérez tiene muy claro la necesidad de abrirse paso mediante el uso de la imaginación, y dice haber encontrado su particular fórmula en un planteamiento que busca “Generar una actividad novedosa, fundamentada en la tradición de la zona y dando una nueva perspectiva a la actividad hostelera, económicamente rentable, sostenible, y generadora de empleo, tanto de manera directa como indirecta

Le deseamos suerte en el desarrollo de su proyecto que, ya sabemos, no ha hecho más que empezar…

martes, 23 de agosto de 2011

EXPOSIÓN "LUZ Y AGUA" EN EL CASTILLO DEL REY

de Ángeles Sánchez

E
l fotógrafo José García Pérez, ha elegido para sus 23 obras el Castillo del Rey, colgados sobre una pared de medievales piedras que contrasta al máximo con cada fotografía, encuadradas con paspartú negro y otras, llenando el espacio hasta un marco mínimo. Esta sala tiene la dimensión justa para acogerlas por su tamaño y cantidad, para así apreciar este reportaje novedoso de la Villa barquereña, que según dicen las crónicas, es “Una de los paisajes más bellos y completos de España”.

José García ha cursado Sonido e Imagen, cumpliendo así su deseo y afición desde la infancia; la composición fotográfica es una de sus preferidas, al igual que el soporte técnico en diapositivas. Comenzó su vida profesional trabajando varios años en Televisión Española y después, en Radiotelevisión Española. Estimó la posibilidad de independizarse y dar rienda suelta a su creatividad.

Inauguró su estudio fotográfico en San Vicente de la Barquera, el 29 de diciembre de 1.994; consiguió hacerse un hueco como fotógrafo profesional y se ha especializado en fotos de estudio, paisajística y sigue desarrollando su actividad creativa. Fue uno de los pioneros en fotografía de soporte digital, año 2001, durante esa transición de la reproducción fotográfica conocida hasta entonces, hizo cursos especializados para adaptarse a esta nueva técnica y renovó tanto el material fotográfico, como los accesorios. Puede afirmarse que está por encima de la media en el terreno digital.

Dice que suele escoger la soledad para hacer esas fotos especiales, rincones solo conocidos por las gentes del lugar, en intimidad, incluso, cobijos en donde un atisbo de ocaso o de luna lo cambia todo. Quizá, en donde los suspiros de los románticos enamorados, queden congelados en unas imágenes que lo definen completamente. La paciente espera de horas o días para fotografiar el tierno cuidado de un ave para con sus polluelos, las luces irrepetibles o el intento de captar el momento insólito de una sensación anímica, es su particular e incansable búsqueda.

Ya sea desde el aire, sobre el muelle, desde una barca a ras de superficie, o consiguiendo los mejores tonos de un sur que enrojece hasta un doble arco iris, paisajes y momentos de luz, de agua; este hombre desnuda de la cotidianidad, las instantáneas ya reproducidas en y por todo el mundo y hace ver un nuevo San Vicente. Intenta plasmar ese disfrute en imágenes, a sabiendas de que el espectador las interpretará según su estado anímico, sensibilidad o tan solo por la estética, que es lo primero que se aprecia debido a su excelente técnica profesional. Busca crear la necesidad de volverlas a ver para descubrir cada efecto, cada detalle o quizá el necesario y relajante suspiro…

Hay fotografías en blanco y negro, sepias o en color, se adhieren a la piel por la novedosa visión del entorno paisajístico o urbanita, de los pesqueros, atardeceres oxidados o los que aparentan ser óleos; pueden conmover barcas decadentes a la espera de una eutanasia material sobre las arenas, abocadas a mar abierto. Se observa un abrazo al mar entre el cabo Oyambre y el espolón, la visión aérea de la forma de un delfín formado en conjunto por la bajamar y la Playona, o quizá el puente de la Maza que parece un raíl solitario, y que envuelve en la anochecida, lo que podría ser una inmensa bahía.

Recoge la instantánea de una ola fascinante por su color y tamaño, hace dudar de su autenticidad; es admirable comprobar el ímpetu de otra ola en ese mismo temporal, rompe sobre la pared del faro, elevándose como un alpinista en más de 30 metros. El reflejo de la a Casa del Mar sobre la ría de Pombo, recogida en un colorido tal, que aparece el movimiento en la imagen, hasta el punto de que algunos espectadores se marearon por ese efecto; la fotografía de la barra en blanco y negro, deja a la vista un supuesto camino al cielo, debido a la marejada de agua translucida que se aupa sobre el rompeolas, convirtiéndose en engañosas nubes sin fin.

Sorprende la fotografía de una punta en tierra con aspecto de cuña, ocasionada por el encuentro del aire a diferentes temperaturas, crea tormentas violentas y rápidas, en esta instantánea entra al mar. La soledad invernal manifestada por la solitaria peña del Zapato rodeada de arena o del muelle vacío de embarcaciones con los amarres a la espera…

Merece la alegría disfrutar del arte fotográfico desde un punto de vista íntimo, un mundo de sensaciones raptadas, llenas de colorido y oportunidad, a pesar de ser algo ya creado, es captado con delicadeza y la suficiente paciencia para conseguir estas obras de arte.

José García Pérez, el hombre que lleva en su hombro la “cámara oscura” con el “objetivo” de obtener sorpresas en “positivo”, que “encuadra” imágenes sensibles a través de la “lente” humana y de la material.

viernes, 12 de agosto de 2011

RUTA LITERARIA POR... SAN VICENTE DE LA BARQUERA

No cabe duda de que la mejor manera de conocer un lugar es caminando, paseando por sus calles y deteniéndose en los detalles, conviviendo con la gente que lo habita y que lo convierte en único… Pero otra forma interesante de viajar es a través de la lectura, conociendo lo que otros contaron, buscando la mirada que otros pusieron en el mismo lugar que tu visitas. De la combinación de estas dos formas de “pasear” surge la propuesta de conocer diferentes lugares de la región a través de las llamadas Rutas Literarias por Cantabria.

De las 9 rutas propuestas en la región, 5 de ellas (Valdáliga, Ruente, Val de San Vicente, Cabezón de la Sal y San Vicente de la Barquera), corresponden a nuestro territorio, así que iremos repasándolas para conocer mejor la propuesta de cada una.

La primera que os presentamos es la de San Vicente de la Barquera que recorre un trayecto de 7 km desde La Barra (1) al Cabo de Oyambre (12), pasando por el Santuario de la Virgen de la Barquera (2), el faro (3), la capilla de la Virgen de la Guía en Boria (4), la cueva del Cúlebre cerca de los acantilados (5), el Puente Nuevo, el Castillo del Rey (7), la Iglesia de Santa María de los Ángeles (8), el Convento de San Luís (9), el Puente de la Maza (10) y terminar en las playas (11)

El folleto que nos servirá de guía (puede conseguirse en la Oficina de Turismo o descargarlo directamente desde la web del Ayuntamiento) nos va ofreciendo fragmentos literarios de Jesús Cancio, de Gerardo Diego, Cela y otros autores, que nos van acompañando y ofreciendo una visión más poética o más literaria de todo cuanto vemos, de cada uno de los puntos marcados en el itinerario.

Así describe, por ejemplo, Galdós su llegada a la villa en Cuarenta leguas por Cantabria: “... vencidos por los cerros que dominan la ría, se distingue el incomparable panorama de San Vicente



miércoles, 10 de agosto de 2011

GASTRONOMÍA Y ARTE CONTEMPORÁNEO SE CITAN EN PUENTE PUMAR

Dentro del Programa Patrimonio y Territorio que la Fundación Botín viene desarrollando en el valle del Nansa se prepara una nueva actividad que persigue el objetivo de convertir el medio rural en un espacio de encuentro para la creatividad y la inspiración artística.

En este caso, el proyecto Campo Adentro que se desarrollará en Puente Pumar, forma parte de una intervención creativa más amplia que se está desarrollando en 9 localidades de la geografía española. Campo Adentro busca analizar desde el arte contemporáneo las actuales percepciones de lo rural, elaborando a la vez una lectura del campo desde la cultura contemporánea.

El proyecto se inició con la Conferencia Internacional Campo Adentro, organizada conjuntamente con el Museo de Arte Reina Sofía en octubre de 2010. Alli se expusieron las distintas fases del proyecto, que suponía el viaje de 13 artistas, conformando 9 colectivos, a distintos lugares del medio rural para desarrollar propuestas artísticas particulares basadas en la propia identidad de cada espacio.

Espada & Monleón (María Espada y Carlos Monleón) es el colectivo que va a iniciar su actividad en la Casa Rectoral de Puente Pumar, en Polaciones. Su proyecto muestra una originalidad importante como puede demostrar su autodefinición como “food artists” o gastrósofos. Durante la segunda mitad de agosto, el colectivo entrará en contacto con la gastronomía propia del territorio para, posteriormente, ir desarrollando una nueva propuesta “gastrosófica” en cuya base se encuentre el original, una revisión de la propuesta desde la mirada del artista contemporáneo. El resultado será expuesto y degustado por los vecinos de Polaciones en una fecha por determinar del mes de septiembre.

Tras la muestra y la recopilación en una publicación del resultado obtenido por los distintos proyectos de las 9 residencias en marcha, se celebrará una exposición final en Madrid el día 14 de septiembre, y se preparará una presentación oficial de los proyectos de las Residencias Campo Adentro 2011 en la programación de La Casa Encendida de Madrid para el 14 de diciembre.

lunes, 8 de agosto de 2011

¿HAS INTENTADO VER CON LOS OÍDOS?


Aunque siempre dejemos un papel secundario al oído respecto a otros sentidos, existen experiencias únicas en nuestra vida que tienen su significado en su uso: canciones, sonidos naturales, ruidos o voces que jamás olvidaremos. El objetivo de la Mancomunidad Reserva del Saja es recoger todas las experiencias sonoras propias de su territorio, y quiere hacerlo mediante la convocatoria del I CONCURSO RESERVA SONORA DEL SAJA. El concurso forma parte del proyecto PAISAJE SONORO DEL SAJA, financiado por la Consejería de Medio Ambiente, que pretende recopilar, de una manera participativa, los sonidos ambientales que caracterizan a la Mancomunidad Reserva del Saja, formada por los municipios de Mazcuerras, Ruente, Cabuérniga y Los Tojos.

Para participar en el concurso hay que superar dos fases: en la primera habrá que identificar 4 sonidos, y en la segunda, la persona participante deberá aportar una grabación sonora realizada en alguno de los cuatro municipios que conforman la Mancomunidad Reserva del Saja, con una foto y el lugar de la grabación, más o menos, localizado en un mapa o la descripción por escrito del lugar en el que se ha registrado el sonido.

El premio consiste en una estancia para dos personas en un alojamiento rural de la Mancomunidad Reserva del Saja….además, todas las grabaciones enviadas serán incluidas en el MAPA SONORO DEL SAJA. Aquí te dejamos un ENLACE para que accedas a su web.

viernes, 5 de agosto de 2011

COMO SIEMPRE... CELIS, MI PUEBLO

de Mary Pérez.

Mi pueblo es Celis, perteneciente al Municipio de Rionansa y no me preocupa demasiado pecar un poco de prepotencia, pues el orgullo de pertenecer a un pueblo tan bonito es mucho mayor que cualquier duda que yo pueda tener de proclamarlo con tanta naturalidad. Celis es un pueblo al que la naturaleza ha favorecido en primer lugar por su enclave. Es un punto intermedio entre el mar y la montaña, estamos en el mismo centro de una ruta histórica por el protagonismo que le dio el mejor escritor costumbrista de nuestra provincia en la novela "Peñas Arriba", Don José María Pereda; aunque mi crónica se la dedique a mi pueblo no está de más hacer un poco de historia de los lugares y situaciones de un entorno bastante próximo a nosotros, o por lo menos en el recorrido de la novela que tanto protagonismo dio a esta ruta. Cuando Pereda se ambientó en el pueblo de Tudanca para escribir su famosa novela, se sabe que solo pasó un día o dos en dicho pueblo, y que pernoctó en la Casona de Tudanca invitado por los dueños de la casa a los que les unía una antigua amistad. Lo que creo, sin temor a equivocarme, es que para llegar a Tudanca no pasaría por Celis, pues siguiendo la ruta mas lógica ésta sería desde su pueblo de Polanco pasando por Cabezón de la Sal, o bien entrando por Virgen de la Peña, vía Cabuérniga, quizá atravesando la collada de Carmona hasta llegar a Tudanca. Este viaje creo que lo emprendió por cuestiones políticas.

Pero si el gran escritor no llegó a pasar nunca por mi pueblo, por Celis, sí queda constancia que lo hizo el protagonista principal de la novela y sobrino de aquel señor de la famosa "Casona", Marcelo, en el emocionante capítulo en el que describe como bajando montado en el "espeluznado jamelgo" aguas abajo, tiene, al llegar a la desembocadura del Nansa en Tina Menor, el impulso de escapar en el ferrocarril que por allí pasaba por la Estación de Pesués, hacia los espacios abiertos que tanto añoraba desde el día en que, cumpliendo el deseo de su tío enfermo, acudió desde Madrid, donde disfrutaba de una vida llena de lujos y comodidades, para hacerse cargo de la herencia y obligaciones que su tío quería depositar en él antes de morir.

Hoy Tudanca tiene como pueblo turístico todo el protagonismo histórico que Pereda le dio en su novela y es una ruta que recorren cientos de personas que desean conocer aquella famosa "Casona" de la familia de los Cuesta, pero no se pudo olvidar que en el siglo diecinueve en el que está ambientada la novela, para el joven Marcelo, aquel pueblo, por muy hidalga que fuese la casta de su tío, tuvo que ser un choque tremendo.

No viene mal alargar un poco la introducción del relato sobre mi pueblo si con esto conocemos un poco mejor el entorno que lo rodea. Celis está enclavado en un valle en el que el pueblo en sí, con su mies, va en ligera caída hacia la vaguada por la que discurre el Río Nansa en su prisa por llegar al mar.

Desde el propio pueblo el río no es visible pero si la hoz por la que discurre y los diferentes senderos o veredas que nos acercan a él, en un paisaje muy montaraz y de gran belleza. El Nansa siempre fue un río muy truchero al que acuden en tiempo de pesca numerosos amantes de este deporte. Las montañas que rodean a Celis sin ser sus cumbres no demasiado altas si son lo suficientemente protectoras para crear un microclima que lo protege y lo abriga, aunque esto puede resultar bastante engañoso, pues cuando el "gallego" se cuela por el "Monte Arria" y se cruza con el que baja de los montes y las colladas de Carmona en el pasadizo de el "Escajizo", el choque puede se terrible: en la memoria de todos están el vuelo de los tejados de nuestras casas cuando este fenómeno nos hace su acostumbrada visita otoñal.

Por lo demás, el clima es bastante benévolo y se ha hecho famoso el dicho de que en el pueblo de Celis nunca se hielan los geranios en invierno.

Además de esto, Celis tuvo en años pasados una vida muy activa industrialmente hablando, pues, aunque sus raíces son ganaderas las minas de la antigua Compañía Asturiana, y la Empresa Saltos del Nansa dieron prosperidad y desahogo económico en unos años en los que en otros pueblos de nuestro entorno mucha gente tuvo que emigrar para ganarse la vida. Este auge económico se vio favorecido por lo que se dio en llamar trabajo mixto, pues en la mayoría de las familias, al ser un trabajo de relevos, podían compaginarlo con una agricultura y una ganadería que, aunque en mucha menor escala, todavía tiene un cierto protagonismo, aunque no sea más que por lo mucho que aquí se trabajo en el campo años atrás.

Cuando hago mención a las montañas que rodean mi pueblo en las que en lo alto de sus cumbres se encuentran las praderías más importantes, los invernales, que, aunque costoso y sacrificado, eran con el acopio de su hierba, la tranquilidad que las familias tenían para el sustento del ganado en los meses mas crudos del invierno.

De estas cumbres una en particular es la mejor seña de identidad de nuestro pueblo, es nuestro "Picu Bon". El "Picu Bon" como siempre lo hemos llamado los "celorios" tiene, visto desde Celis, la forma de un cono invertido, su cabeza son como enormes peñascos y sus laderas se van estirando a derecha e izquierda mientras su falda llega en caída hasta el mismo pueblo al que a veces protege y otras castiga, pues los desprendimientos y argallos de sus laderas han sembrado la alarma en bastantes ocasiones cuando en tiempos de lluvia se forman sus torrenteras. Sus cumbres, por la izquierda y por la derecha, visto desde el mirador de "El Escajizo", tiene la forma de una dama que alarga la cola de su vestido de fiesta hasta dejarla caer por la derecha en los montes de la Florida. Por la izquierda (siempre visto desde su frente) va un poco renqueantes salpicado de buenas praderías hasta darse la mano en las "Peñas de la Espina".

Siguiendo con nuestras montañas, "Trespeña" con sus esbeltos picos como el del "Castillo" nos permite contemplar diariamente otro de nuestros mejores paisajes. Así con el "Picu Bon" al norte, las cumbres de "Trespeña" al sur, "Cueto Jormazu" al nordeste y "Montes de Arria" al sudeste son lo más importantes guardianes que rodean nuestro pueblo, aunque hay más y no de menores merecimientos.

Aunque las empresas antes nombradas favorecieran económicamente nuestro pueblo, en Celis contamos con otros atractivos muy importantes, aunque en otro orden; sus casonas de la mejor estampa montañesa son muchas y muy bien conservadas, sus corredores llenos de flores y elegantes galerías, así como los jardines que las rodean son muy admiradas por quienes nos visitan.

En lo religioso las Iglesias de San Pedro y San Roque así como las capillas de San Antonio en Riclones , San Juan en Celucos y El Carmen en el barrio del mismo nombre, creo que todas del siglo XVIII, tienen un gran valor y su conservación es magnífica. Y que decir del precioso puente que une las dos orillas del Nansa con un arco tan perfecto al que sostienen sus robustos bastiones de piedra, y que por lo importante de su altura y anchura, creo que lo hacen el más importante de Cantabria de la época de su construcción.

En fin que si todo esto no fuese suficiente, lo afable del trato de sus gentes y el que en nuestro pueblo nunca nadie que sea persona de bien se haya sentido extraño, completarían una descripción de mi pueblo en la que cualquiera que quiera visitamos encontrara muchos mas atractivos. Siempre seréis bienvenidos.

¡Ah! Se completaría este resumen con que, en cada lugar del entorno, así como en el mismo pueblo de Celis, sus restaurantes cuentan con una cocina casera muy bien tratada y asequible en su relación calidad-precio.

jueves, 4 de agosto de 2011

LA CULTURA DEL MAIZ VUELVE AL NANSA

Hasta el 15 de agosto, aún es posible visitar en laFerroteca de Cades una exposición didáctica que es todo un viaje por la cultura del maíz. La exposición El maiz es arte arranca desde los originales pueblos americanos que encontraron en el maíz mucho más que una fuente de subsistencia, hasta los aspectos más actuales, que convierten a esta materia prima en base de multitud de productos alimenticios transformados.

La exposición también se fija en el aspecto local. El maíz es un cultivo muy arraigado en el valle desde el siglo XVII, y ya trasciende su uso ganadero, hasta determinar costumbres y referencias gastronómicas de la historia de su territorio. Tal vez, el aspecto más sorprendente de esta exposición preparada por Alix Mercedes Sánchez y Fernando Sopeña Pérez, sean las aplicaciones actuales del maíz relacionadas con distintas propuesta artísticas, desde la concepción de sus distintas formas y estado funcionando como construcciones, montajes y collages hasta su uso sencillo y funcional como elemento decorativo personal. Una exposición con fondo, y con imaginación.